En un momento incierto
quizás inesperado,
pensaste que acercarte
a tierra nueva y fértil
sería una aventura
que recordaras siempre.
Era una tierra aquella
labrada en esperanza,
un jardín sin misterios
con notas agridulces
inundando los campos,
con asombrados vuelcos
de primeras canciones
arropando otra lluvia.
Allí todo fue hermoso,
no hay amedrentada gota
por todo cuanto fue.
Si quieres,
poco a poco me hallas
al rescoldo de un tiempo
que aún no se ha apagado.
“Donde navega el sueño”. Madrid, 2000